jueves, mayo 31

MARÍA VICTORIA MENIS FILMA "MARÍA Y EL HOMBRE ARAÑA"

La realizadora María Victoria Menis, miembro del Proyecto de Cine Independiente (PCI), transita la sexta y última semana de rodaje del filme “María y el hombre araña” al que definió como “una dramática historia de amor entre adolescentes narrada desde un concepto poéticamente  urbano”.
“Mi búsqueda en esta película es que el espectador sienta, que se deje llevar por la historia y por los sentimientos y, sobre todo, por la emoción”, expresó Menis en diálogo con Télam, sobre esta coproducción argentina, francesa y ecuatoriana.
Es que esta emotiva trama se sumerge en la historia de María, una chica de 13 años que vive en una villa de emergencia de Buenos Aires junto a su abuela y a su oscuro compañero, mientras espera recibir una beca para continuar sus estudios y al mismo tiempo, trabaja en el subte. 
Es allí donde conoce a un chico de 17 años que se gana la vida haciendo malabares disfrazado de hombre araña y a medida que crece el amor entre ambos, se descubre el sombrío entramado de un lazo siniestro que la mantiene sometida en su casa.
“En esta compleja historia de amor entre chicos con familias disfuncionales, con carencias y con todo tipo de abusos, pretendo reflejar qué les pasa a ellos ante estas vivencias”, relató la realizadora, mientras se disponía a un descanso en medio de una lluviosa y fría jornada de rodaje en una antigua y deteriorada casona del barrio de San Telmo.
“No me interesa hacer una película de denuncia ni tampoco que la cosa social esté en primer término, sino, reflejar cómo viven estos chicos su dura realidad inserta en ese mundo, cómo se conocen y evoluciona su relación a través de momentos dramáticos pero también, con otros de humor”, abundó.
En el mismo sentido, Menis puntualizó que “no quise caer en el esquema de noticiero ni recurrir al tema de las drogas. Es una película dura desde muchos lugares pero al mismo tiempo se ve a los chicos luchando y debatiéndose todo el tiempo contra su dura realidad”.
El elenco del filme, que tiene previsto su estreno para el próximo año, se conforma con los actores Mirella Pascual (“Whisky” y “Miss Tacuarembó”), Luciano Suardi (“La cruz del sur”), Diego Vegezzi (“La mirada invisible”) y Florencia Salas. 
Mientras la directora de “El cielito” y “La cámara oscura” ultimaba detalles de la siguiente escena a filmar en uno de los cuartos cuya ambientación ofrecía una atmósfera lúdica, reveló que tomó como referencia para esta historia al filme “Los 400 golpes”, del célebre cineasta francés François Truffaut, a modo de homenaje.
“Es una película inspiradora de una época, pensé en ella, la volví a ver y también recurrí a historias que tanto cuando era chica como ahora, las veo y me siguen golpeando el corazón porque me sumergen en ese mundo desde la mirada de un chico”, relató Menis.
“Quiero mostrar ese universo en el que de repente un niño o un adolescente está llorando y a los 10 minutos está matándose de risa por otra cosa. Y al mismo tiempo pretendo reflejar esa transición de la infancia y de la adolescencia que es demasiado abrupta a partir de las circunstancias que les toca vivir”, expresó.
Al repasar las motivaciones que la empujaron a encarar este largometraje, contó que “después de `El cielito`, que hablaba del tema de la paternidad, la maternidad y los chicos, tenía ganas de hacer una película que tuviera que ver con adolescentes, contada desde su mundo y no desde la perspectiva de los adultos”.
“A su vez -se explayó- luego de haber hecho dos películas que son muy de campo y de haber investigado ese universo, sus sonidos, el ambiente y el clima, busqué que esta película sea completamente urbana, porteña y bien de Buenos Aires”.

martes, mayo 22

BENJAMÍN ÁVILA PRESENTÓ "INFANCIA CLANDESTINA" EN LA QUINCENA DE LOS REALIZADORES DEL FESTIVAL DE CANNES

"Infancia clandestina”, de Benjamín Ávila, con Natalia Oreiro, Oscar Troncoso, Ernesto Alterio y Cristina Banegas, fue exhibida el domingo último -con buena repercusión en la prensa internacional- en la Quincena de los Realizadores, una de las muestras paralelas más prestigiosas del 65to. Festival Internacional de Cine de Cannes.
El filme, cuyo fondo es la Argentina de 1979, durante la conocida más tarde como "contraofensiva montonera", es el segundo largometraje de Ávila, autor del documental "Nietos: Identidad y memoria", que logró amplia repercusión tras su estreno, en 2004.
Daniel (César Troncoso), Charo (Natalia Oreiro) y Juan, al que fuera de casa todos conocen como Ernesto, y Beto (Ernesto Alterio), hermano del primero, conforman una familia que esconde un secreto.
A finales de la década del 70, todos viven el miedo a flor de piel porque tienen un vínculo muy fuerte con la militancia y la acción directa, porque conviven con armas, y todos ellos tienen los nombres cambiados.
En medio de esa clandestinidad, un chico de 12 años trata de vivir su paso de la infancia a la adolescencia disimulando esa verdad, y con su entorno trata de ser feliz porque, al fin y al cabo, es a eso lo que apunta su lucha de sus padres.
Benjamín Ávila es hijo de madre desaparecida, secuestrada con un niño que por largo tiempo fue buscado por Abuelas del Plaza de Mayo hasta su final recuperación; el último compañero de su madre, un alto jefe de Montoneros, cayó abatido hacia finales de esa misma década.
Hace cuatro años, con Marcelo Müller, Ávila salió a pelear una ficción que primero fue recompensada en el Festival de la Habana con un Coral a guión inédito y en su búsqueda de respaldo encontró nada menos que Luis Puenzo, que convirtió a su productora en socia del proyecto.
Primero con Oreiro y Alterio, luego del también uruguayo Troncoso (“El baño del Papa” y “Ernesto apenas tarde”, entre otras), además de Cristina Banegas, quedó finalmente conformada la plana mayor, con el debut del pequeño Teo Gutiérrez Romero como Juan/Ernesto.
En septiembre un primer corte ganó un premio en la sección Cine en Construcción del Festival de San Sebastián, y finalmente, tras su paso por Cannes, y la participación en otras muestras, se estrenará el 4 de octubre en Buenos Aires.
“Es frecuente que se hable de la militancia de aquellos tiempos como de un camino seguro a la muerte, cuando en realidad no era así, sino un camino a la felicidad que podía ser interrumpido por la muerte”, aseguró Ávila en diálogo con Télam.
“Es ficción”, reflexiona el director y explica que “cuando empezamos a hacer el guión hace cinco años, el trabajo más fuerte que tuve que hacer con Marcelo fue tomar distancia y ver la historia como ‘una historia’ y no un relato en primera persona, es decir dejar correr el guión con mi propia literalidad, pero con personajes enriquecidos, distintos a los de mi propia historia”, confiesa.
Según Ávila “en la película ocurren muchas cosas que no ocurrieron realmente: Beto, por ejemplo, nunca existió, pero era una necesidad, el deseo de haber tenido alguien así… o María, la nena de la que Juan se enamora… Era necesario dar forma a esos personajes para contar la historia”.
Ávila mira al pasado pero lo hace para reflexionar sobre el presente: “Hoy volvemos a vivir una época en la que la gente joven vuelve a tener fe. Lo pongo en términos de fe, palabra que me gusta más que ‘creer’, que tiene como más profundidad… La de los 90 fue una década muy mala, porque la sensación de la fe perdida era cotidiana”, dice.
“Era imposible imaginar lo que está sucediendo ahora… Pensaba que la generación de nuestros viejos había sido la última con fe genuina en algo, una que los movilizaba por completo, todo el cuerpo, y que movilizaba todas sus acciones, porque todo estaba en función de esa fe”, explica.
“Fue gente muy vital y uno lo puede descubrir a través de su ausencia, lo que ha hecho que recién treinta años después se empiece a recomponer aquella fe. Fue una generación mucho más rica y movilizadora que las anteriores, porque venía a proponer transformaciones en serio y todos estaban muy preparados”, agrega.
“No eran ingenuos, y en esta película lo planteamos, no eran simplemente unos pobres pibes que luchaban por el boleto estudiantil, sino tipos que estaban realmente comprometidos con sus vidas, con la fe y la felicidad. Siempre digo que para mi la felicidad es tener esa fe, que no es sonreír y estar bien, porque esa fe es la que te moviliza tanto que no hay alternativa”, dice.
Ávila aclara que “No hay que descontextualizar, porque si uno analiza aquello desde la coyuntura actual es inviable, pero uno tiene que trasladarse a ese momento como para entender que el camino que eligieron era el que estaban convencidos que debía transitarse. Hoy esa misma gente no elegiría ese camino, aunque la meta no cambie. Las metas siguen siendo las mismas, pero el accionar otro”, insiste.

miércoles, mayo 16

PCI PARTICIPO DE UN ABRAZO SIMBOLICO CONTRA EL CIERRE DEL CINE ARTEPLEX BELGRANO


Los directores y productores independientes que integran el Proyecto Cine Independiente (PCI) participaron anoche, junto a otras asociaciones, actores y público en general, de un abrazo simbólico al cine Arteplex Belgrano, que se encuentra cerrado y  corre el riesgo de clausura definitiva.
Algo más de 200 personas se reunieron frente a las puertas de la sala de avenida Cabildo 2829 para reclamar por la reapertura de la sala, entre los que también estaban la presidenta de la Asociación Argentina de Actores, Alejandra Darín, el realizador cinematográfico Pino Solanas, productores cinematográficos y vecinos de los barrios de Belgrano y Núñez.
Lo significativo del Arteplex Belgrano es que es una de las pocas salas dedicadas a la proyección de cine de autor y que se maneja al margen del cine únicamente comercial, funcionando como una ventana para una cinematografía que ante el peso de las grandes distribuidoras internacionales corre el riesgo de extinción de  las pantallas.
Las asociaciones Directores Independientes de Cine (DIC), Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), Proyecto de Cine Independiente (PCI) y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) apoyaron la convocatoria y estuvieron presentes en el abrazo.
A ellos se sumaron la Asociación Argentina de Directores de Cine (AADC), la Asociación Argentina de Actores (AAA), el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA) y la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI), junto a asociaciones de vecinos.

lunes, mayo 7

HERNÁN BELÓN ESTRENA EN ARGENTINA SU PELÍCULA "EL CAMPO"

Hernán Belón es el director de “El campo”, un thriller psicológico premiado en Mar del Plata, Amiens, Leipzig y recientemente en Málaga, que se está proyectando desde el jueves en salas del país, y en el que Dolores Fonzi y Leonardo Sbaraglia encarnan a una pareja urbana que decide ir a vivir a una casa de campo con su beba, pero donde lejos de hallar la tranquilidad deseada sufren una verdadera pesadilla.
Luego de exhibirse en Venecia, Doha, La Habana y varios otros festivales, la primera película de ficción de Belón llegó a las salas locales con una historia cautivante sobre los temores inconscientes de una pareja -sus dudas existenciales en relación a su futuro y al de su bebé- y del entorno ominoso que los rodea, un campo frío, cruento y misterioso.
“"La película tiene que ver con la crisis existencial de estas personas acostumbradas a vivir en la ciudad, en la burbuja de la civilización, que al salir al campo y encontrarse con un mundo más primitivo, donde empiezan a sentir angustia al ver desarmarse esa red que los contenía y protegía"”, afirmó Belón.
El realizador, que antes había filmado los documentales “Sofía cumple 100 años” y “El tango de mi vida”, además de codirigir junto Tatiana Mereñuk el corto de ficción “Aluap” para Historias Breves II, estuvo presente el año pasado en Cannes con su proyecto “Sangre en la boca”, que presentó en el apartado Cinémas du Monde.
Para el director, “El campo” "es un largometraje “que no responde para nada a lo que podrían esperar los europeos. Sin embargo, funciona como una película industrial, aunque es una propuesta muy pequeña, que filmamos durante cinco semanas seguidas, en pleno invierno, en las afueras de la localidad bonaerense de Mercedes”".
Ganadora del Work in Progress del Festival de Mar del Plata 2010, esta coproducción con Italia es una de las primeras que se realizan a partir de un acuerdo impulsado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
Según dijo el realizador acerca de su primera obra de ficción, “se cuenta la historia de una pareja a la que le va muy bien en la ciudad, tiene una nena de un año y medio y decide comprar una casa de fin de semana en el campo”.
Belón imaginó esta historia en base a sus propias experiencias y a las preguntas existenciales que se apoderaron de él cuando tuvo una hija con su actual pareja y coguionista, la actriz Valerio Radivo, luego de fracasar en el intento de llevar adelante la filmación de una película mucho más grande que había escrito años antes.
"“Me pasó algo muy similar en el campo, con la única diferencia que lo que le pasa a Fonzi en la película me pasó a mí y no a mi mujer. Sufrí dudas existenciales y la inquietud terrible por el temor de que le pudiera pasar algo a mi hija”", recordó Belón.
Añadió que “"cuando sos padre se te vienen todas las preguntas existenciales encima, en relación a la muerte y a Dios, temas de los cuales uno no tiene muchas respuestas”".
“"Al verme así, mi mujer me dijo que escribiéramos algo y decidimos improvisar situaciones, yo haciendo de mujer y ella de hombre. Escribimos el guión juntos porque había algo de todo eso que conocíamos mucho y pensábamos que mucha gente había pasado por algo similar”", señaló el cineasta.
En la historia que idearon juntos, la pareja formada por Fonzi y Sbaraglia “van una semana a la casa de campo para ver qué hay que arreglar y mejorar, y cuando llegan ahí ella no puede dormir y se siente muy mal, se pone paranoica y temerosa con lo que pueda pasar con el futuro y con su familia. "Ella tiene miedo y ve cosas que él no ve, lo cual genera una crisis de pareja"”, describió.
El director añadió que “"ambos se empiezan a hacer preguntas existenciales al estilo de qué hacemos, para qué vivimos y qué vamos a hacer en el futuro. Eso los hace manifestarse en su forma más pura y así el pacto de amor entre ellos sufre un fuerte golpe y deben ver cómo reformularlo”".
En relación al trabajo con los actores, Belón sostuvo que “"es la primera vez que Sbaraglia y Fonzi trabajan juntos y además ambos tienen estilos muy distintos. De todos modos, fue una experiencia muy fuerte, porque ensayábamos a la noche y arrancábamos a trabajar muy temprano a la mañana"”.
“"Fueron con sus familias a vivir allá, pasamos mucho tiempo juntos ensayando y probando cosas. Tienen una química muy linda entre ellos y estuvo muy bueno poder contar con ellos para esta película de bajo presupuesto"”, sostuvo el realizador.