jueves, junio 2

PABLO GIORGELLI HABLA DE SU FILM "LAS ACACIAS"




Pablo Giorgelli es el autor de "Las Acacias", con el que obtuvo el premio Cámara de Oro a la mejor ópera prima del 64to. Festival de Cine de Cannes, donde también cosechó tres premios en la sección paralela Semana de la Crítica.
En una entrevista, este realizador y montajista miembro del PCI explica los motivos que lo llevaron a filmar esta película, en la que narra el emotivo encuentro entre un camionero hosco y solitario y una desconocida, a la que acepta llevar junto a su beba desde Paraguay hasta Buenos Aires.
“Fue una sorpresa muy grata y estamos muy contentos de haber sido elegidos en Cannes, porque esto pone a la película en otro lugar y ayuda muchísimo a su difusión, que es una de las mayores complicaciones para los que hacemos cine en Argentina. Además, es una especie de confirmación de que la película está bien”, afirmó Giorgelli, que venía de ganar el Premio Latinoamérica Primera Copia en el Festival de Cine de La Habana.
Protagonizada por Germán de Silva, la paraguaya Hebe Duarte y la beba Nayra Calle Mamani, la película fue filmada durante 5 semanas a bordo de un camión cargado de madera, en un viaje que unió la frontera entre Asunción del Paraguay y Clorinda con la ciudad correntina de Esquina y la zona bonaerense de Zárate-Campana.
El cineasta viajó a Cannes junto a su esposa y montajista, María Astraukas, quien se convirtió en una pieza clave en la construcción del filme “porque conoce el proyecto desde el inicio mismo del guión, hace 5 años atrás, sabe perfectamente las razones que me llevaron a rodar la película y lo que yo quería contar”, señaló.
Giorgelli dijo que “algo muy bueno pasó en el montaje, porque allí hubo un proceso de sustracción permanente. En la primera versión había muchos más eventos, pasaban muchas más cosas, y lentamente las fui sacando. Eso me dio la pauta de qué tipo de película quería, cuál era su verdadero espíritu, qué era lo esencial y qué no interesaba mostrar”.
Sencilla, lineal, con escasísimos diálogos, “Las Acacias” conmueve gracias a la profunda humanidad que se expresa en el inesperado cruce de un camionero rudo y solitario con una madre humilde y su hija de pocos meses, y en la forma en que ese encuentro los transforma, les cambia la manera de ver las cosas y les hace reflexionar críticamente sobre sus propias vidas.
“Hay algo que me conmueve especialmente y que seguramente tendrá que ver conmigo mismo”, afirmó Giorgelli, y añadió que “eso es lo que me interesaba mostrar en la película: la coraza, la distancia que se pone con el otro y que apenas empezás a rascarla podés descubrir otro mundo, el verdadero ser interior de la otra persona”.
“Ninguno de ellos se muestra ni revela demasiado de sí mismo. Los dos están escondiendo su mejor parte. Lo que muestra la película es cómo se van desarmando hasta mostrarse como son verdaderamente. Van transitando ese proceso de la soledad y la cáscara hasta abrirse al otro cada vez más. Es una película que transforma a los personajes, pero que también nos transformó a nosotros”, agregó.
“La película habla de la soledad y de la coraza que se pone este camionero para protegerse, de su paternidad en crisis. Esta mujer y su beba le hacen detonar todo, cuando quizás estuvo muchos años construyendo muros para no sentir, pero esos muros se van cayendo uno a uno a medida que el viaje avanza”, señaló el cineasta.
En relación a las palabras escasas, Giorgelli recordó que “los diálogos que hay en la película son los mismos que están en el guión, porque yo no quería improvisar nada. En el guión ya estaba planteado este silencio interrumpido por algunas palabras y, cuando eso sucede, ellas cobran otro valor y una importancia dramática”.
El rodaje de la película es un tema aparte, ya que en su gran porcentaje transcurre dentro de la cabina del camión y eso, según el director, “fue una de las apuestas más grandes de la puesta en escena. Era un límite y un desafío. Así vemos únicamente lo que ven los personajes, es su punto de vista”.
“Técnicamente fue una combinación de mecanismos. Primero filmamos con un camión real, pero la mayoría de las escenas fueron hechas en una falsa cabina que montamos sobre un trailer, para que el camarógrafo pudiera trabajar más cómodo y así también estuviera presente el ojo humano. Eso era muy importante”, explicó.
A pesar de estar narrada como un viaje, el realizador sostuvo que “la película no fue pensada como una road movie. Su alma es lo que le pasa al camionero en su interior, todo gira en torno a un hombre solitario y su conflicto personal, que está relacionado con su paternidad”.
“A partir de ciertas escenas, él ve que se le está escapando la posibilidad de una vida diferente y que no sabe cómo hacer para retenerla. Empieza a sentir que el viaje se acaba y que empieza a perder la chance de sentirse padre nuevamente, de volver a formar una familia”, describió el director, para quien los actores fueron fundamentales.
“Ellos fueron la clave de todo. Tardé mucho tiempo en decidirme, pero finalmente apareció Germán de Silva, un actor increíble que entendió enseguida lo que yo quería y aportó su talento a la causa. En el caso de Hebe, había algo en su naturaleza que me conmovía y la cosa terminó de definirse cuando se juntó con la beba, porque parecían madre e hija, eso fue como un milagro”, afirmó.

1 comentario:

  1. Anónimo2:05 a. m.

    Realmente una película conmovedora. Felicitaciones para todo el equipo. Me encantó el guión en el que una historia muy simple hace pensar que cada escena, cada palabra está inteligentemente pensada. Buenísima la cámara que captó toda la emoción que que el film desbordaba. Ese transcurrir del viaje desde la cabina para mí es un hallazgo. Bueno en resumen salí encantada y emocionada . El final me pareció otro hallazgo para terminar de delinear los personajes.
    Elsa

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