El cineasta Rodrigo Moreno estrenó en salas locales Un mundo misterioso, su nueva película protagonizada por Esteban Bigliardi y Cecilia Rainero, una propuesta singular en la que registra la errancia absurda y existencial de un hombre que es abandonado por su novia y a quien el mundo se le torna inexplicable.
Con la actuación de Rosario Bléfari, Leandro Uria, Germán De Silva y Lucrecia Oviedo, la nueva película escrita y dirigida por Moreno, quien ganó el premio Alfred Bauer en Berlín en 2006 con “El custodio”, su ópera prima, llegará por fin al país tras competir por el Oso de Oro en el 61ro. Festival de Cine de Berlín y de participar de la Competencia Argentina del último Bafici.
En el siguiente e interesante texto, este miembro del PCI explica las razones estéticas y temáticas que lo llevaron a dirigir este nuevo filme.
Acerca de Un mundo Misterioso.
Por Rodrigo Moreno
Tema
Una crisis propone un tiempo interesante porque hay que construir nuevas reglas, incluso la posibilidad de que no haya ninguna regla que rija nuestro destino. Después de haber hecho una película con una métrica tan intensa como en El custodio, necesitaba transitar un camino más incierto, menos señalado y esta historia apareció como la confluencia de varias ideas que tenía en la cabeza y con la fuerza de la necesidad: necesitaba perderme, necesitaba abrir puntas sin saber adónde me iban a llevar. Boris y el tiempo de separación expresan la parte narrativa de esa necesidad. La separación es también una oportunidad narrativa para explorar y desviarse junto con los personajes y contar bajo la única égida del capricho. La película está basada en estos puntos de fuga en los que se monta incluso sin saber si es capaz de enderezar el rumbo perdido. Es una idea de narración desobediente y un poco anárquica que me atrae mucho. Cuando se arranca con un proyecto es necesario que haya un nervio con la fuerza suficiente como para soportar los embates del tiempo y de la imposibilidad al que es sometido a lo largo de todo el proceso, desde el apunte en un cuaderno hasta el estreno en un cine y Un mundo misterioso todavía conserva para mí esa fuerza gracias a su libertad narrativa, y a su espíritu anárquico.
El protagonista
Boris no es nadie en particular, y eso es lo que me gusta de este personaje, que no sabemos muy bien quién es ni nos importa saberlo. La película lo va construyendo a medida que avanza y al final cada espectador se arma una identidad posible para ese personaje, seguramente descargando sobre él preocupaciones y rasgos propios, como siempre ocurre con los protagonistas. Boris no tiene un oficio reconocible, siempre está vestido de la misma manera, no sabemos si tiene padres, hermanos, en fin, nada podemos adivinar por fuera de lo que la película cuenta, y esto es una postura que adopté de manera radical, no es una historia que se construye con la ayuda de factores y de conceptos que uno puede tomar del mundo exterior o de la vida real, esta película se construye sola, es autosuficiente por lo tanto todo lo que la exceda, lo que esté por fuera no es útil a la película, es ajeno a ella.
El auto
A veces resulta inexplicable cómo funcionan ciertas cosas: la vida útil de un auto rumano determina en esta historia el curso de otras vidas.
Por supuesto que el Tokha no existe, es una invención que recuerda una serie de autos importados en los años noventa desde la URSS con tecnología ciertamente obsoleta y un diseño que ya había sido utilizado para otros autos veinte años atrás. El absurdo de un auto, de hecho de cualquier objeto, que no funciona correctamente marca la dependencia que puede tener cualquiera sobre aquellas cosas que son inmanejables. El amor podría incluirse en esta categoría y es por eso que me gustaba representar el tiempo inconmensurable que se propone en el inicio del film con la vida útil de este coche. Ese tipo de coincidencias absurdas, caprichosas, contribuyen a que el mundo parezca misterioso e inexplicable.
Canciones
La canción del final se titula Déjá, la letra alude en cierto modo a lo que cuenta la película específicamente en ese momento pero además está cantado por Gardel en una grabación poco conocida que data de 1931. Una sola vez la escuché en la radio y desde entonces quise ponerla en una película. El hecho de que esté cantada en francés le da un aire francés a todo el resto, pero el hecho de que sea precisamente Gardel quien la cante la exceptúa del ridículo al que podría haberse expuesto, no hay una intención de afrancesamiento sino una apropiación bien criolla de lo francés, lo que conforma una idea muy porteña de las cosas, y esta película es muy porteña.
Por otra parte Atahualpa Yupanqui es el autor de otro de los temas de la película. Si bien no fue deliberada la presencia de dos íconos musicales de Argentina, , me parece simpático que ambos puedan convivir con tanta proximidad. Es la simpleza pura tocada en un concierto que sólo está registrado en you tube, nadie tiene el original de ese recital que fue concebido para televisión en el año 86, con Atahualpa de viejo. Me contacté con la persona que había subido a you tube el material, un dentista de Villa del Parque, fui hasta su casa y lo grabé de ahí en un minidisc. Es como una joya perdida y haberlo rescatado es parte de este extraño museo que me propuse con la película, un museo que colecciona objetos perdidos: un viejo renault 6, algunos bares olvidados de la ciudad, grabaciones poco difundidas, y un aire que llama a gritos a una ciudad que tal como la conocí cuando era chico se va extinguiendo día a día.
Producción
Esta película se produjo con un crédito del Incaa, un premio de Visions Sud´est de Suiza, la pre venta al canal ZDF de Alemania y un subsidio del municipio de Berlin. Se realizó con un equipo de doce técnicos más algunos colaboradores que se sumaron en algunas pocas jornadas de las casi treinta que conformaron el rodaje. Se filmó en verano, en Buenos Aires, cerca de nuestras casas, solíamos ir a comer a restaurantes durante el rodaje, todo el equipamiento entraba en una camioneta y se filmó en 35 mm. Se evitaron todos los vicios que la industria arrastra como lastre al momento de filmar con un crédito del Instituto. Como directores y productores independientes tenemos la obligación de probar que una película se puede hacer más chica y más barata. Claro que todo puede reducirse y abaratarse aún más, ese es nuestro objetivo.Aunque por ser pocos tuvimos que trabajar duro, la película se realizó bajo un excelente y relajado clima de trabajo. Encontramos un sistema que permite trabajar de manera profesional sin las presiones que suele ejercer el profesionalismo. Creemos que se puede mejorar y tenemos muchas ganas de seguir intentándolo.
Un mundo misterioso se puede ver de jueves a domingo, a las 21.30, en el cine Cosmos-UBA (avenida Corrientes 2046) y los viernes a las 20 y sábados a las 22 en Malba.cine (avenida Figueroa Alcorta 3415).
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