viernes, octubre 24

ACERCA DE LA NECESIDAD DE REGLAMENTAR LA CUOTA DE PANTALLA EN TELEVISION PARA EL CINE NACIONAL

   La reglamentación del la cuota de pantalla en la televisión es una de las cuentas pendientes más importantes de la Ley Nº 17.741 (t.o. Dec. Nº 2001), de Fomento y Regulación de la Actividad Cinematográfica.

   Más allá de los argumentos jurídicos que deberían llevar al Poder Ejecutivo a que cumpla con la obligación de reglamentar una ley del Congreso Nacional, es importante destacar la importancia que esto implica para el futuro de la producción cinematográfica nacional.

   Todos sabemos que los servicios de radiodifusión están sujetos a la jurisdicción nacional. Incluso las frecuencias gestionadas por empresas privadas deberían responder al interés general de la Nación. Creemos que el espacio audiovisual debería considerarse como parte del espacio público. Desde este concepto, queremos defender el lugar del cine argentino en la televisión. El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales dispone de un importante fondo de fomento para la producción de largometrajes, telefilmes, cortometrajes y documentales. Es absurdo e inadmisible que el propio Estado que fomenta esas producciones no disponga de sus atribuciones jurídicas y constitucionales para promover su exhibición en todas sus formas.

   En un mundo donde los medios de comunicación audiovisual ejercen cada día más influencia sobre las costumbres, creencias y hasta conductas de su población, es importante que las valiosas obras de nuestra cinematografía tengan también allí su espacio para mostrarse. Deseamos una televisión que sea una de las formas que asume el derecho a la información como derecho humano, y no una mera actividad comercial. En ese marco, el cine argentino no debería estar ausente.

   Por otra parte, es importante señalar que una reglamentación correcta de la cuota de pantalla en la televisión permitiría un flujo de dinero para la producción y la distribución, que ayudaría enormemente a la consolidación de una disciplina artística, aunque también industrial, que genera no solo muchos puestos de trabajo en forma directa e indirecta sino también un valor agregado incomparable. La inclusión activa de la televisión dentro de los mecanismos de financiación de las obras audiovisuales promoverá un círculo virtuoso que no se debería resignar. Más plata para producir, menor presión sobre el INCAA como único medio de financiación del cine, mejor calidad de producción, más trabajo para los técnicos y actores, mejores películas, más público en las salas de cine y una mejoría evidente en la calidad de la programación de todos los canales.

   Por último, queremos señalar, como representantes de la producción independiente y del cine de autor, que sería importante que la reglamentación contemple también la inclusión de aquellas obras cinematográficas alejadas de las propuestas comerciales y televisivas, aquellas películas que ofrecen miradas nuevas y renovadoras sobre los distintos temas. Tampoco debería olvidarse del cortometraje, el género más relegado históricamente por todas las regulaciones y los planes de fomento. 

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