martes, marzo 24

TREVELIN, DIARIO DE VIAJE

Ésta es la crónica del primer viaje que realizaron Baltazar Tokman y Paulo Pécora al sur, inaugurando así las muestras del ciclo por el interior del País.


Por Paulo Pécora

Fue un viaje muy útil y placentero, lindo y bastante productivo. La presencia del PCI fue muy satisfactoria –incluso más de lo que esperábamos- cuando viajamos a principios de marzo a Trevelin, ese pequeño pueblo chubutense pegado a la cordillera de Los Andes y ubicado a 45 kilómetros de Chile.

“Cwm Hybryd”, lo nombraron los primeros colonos galeses que llegaron allí en 1885 desde el Este en busca de tierras fértiles y se quedaron maravillados con ese valle hermoso rodeado de montañas y lagos. Años más tarde comenzarían a llamarlo Trevelin, que en galés significa textualmente pueblo del molino.

Nuestro viaje empezó el sábado 7 de marzo, a las 10.45 de la mañana, más o menos.

Íbamos María José Fascio, la encargada de los Espacios Incaa, Baltazar y yo.

Ninguno de los tres nos conocíamos ni nos habíamos visto nunca.

Con Baltazar sólo habíamos conversado una vez, por teléfono, pero él no se acordaba. En el 2000, creo, cuando todavía ninguno de los dos pertenecíamos al PCI, tuvimos una entrevista telefónica en la que me contó detalles sobre su película “La sombra de las luces”. Justamente, la misma película que viajaba a presentar.

Nos encontramos de casualidad en la zona de embarque del Aeroparque Jorge Newbery, nos saludamos, dijimos tres o cuatro palabras y ya estábamos subiendo a un avión de Aerolíneas Argentinas rumbo a Bariloche.

En los preparativos previos al viaje, cuando Sabrina y Tamae nos contactaron con Majo, la idea era volar de Buenos Aires a Esquel, a unos 40 kilómetros de Trevelin. Pero al final se cambió el trayecto debido a que –según decían en la agencia- los aviones no podían aterrizar allí porque las nubes de ceniza llegadas desde el volcán Chaitén, ubicado en Chile, del otro lado de la cordillera, se les metía en las turbinas y les generaba problemas en su funcionamiento. Como para esos días se esperaba una gran erupción del volcán, y mucha más ceniza en la zona, la decisión fue volar hasta Bariloche y después partir en auto hacia Trevelin. Al final, no pasó a mayores y apenas quedaban algunos rastros de la ceniza que había cubierto la zona en la erupción anterior.

Majo se quedó dormida apenas despegamos, pero después reconoció que paró la oreja más de una vez mientras nosotros discutíamos –sin conocernos de nada, pero con la confianza de aquellos que se conocen de toda la vida- acerca de cuál sería la mejor forma de que el PCI se siga relacionando con el Incaa, con esta y otras iniciativas, pero sin perder nunca la identidad ni la independencia, sin aceptar condicionamientos y manteniendo siempre, en definitiva, nuestra personalidad como grupo. A los dos nos pareció que estaría bueno tener entre todos una gran reunión para conversar sobre el tema. 

El viaje fue un abrir y cerrar de ojos, apenas interrumpido por unos tostados de jamón y queso y tres porciones de pastel de manzana –la mía, la de Majo y la de Baltazar- que devoré con fruición.

No tengo muy claro a qué hora llegamos. Sé que volamos un poco más de dos horas, pero con tantos cambios de horarios, es tan complicado hacer el cálculo que prefiero olvidarme del tiempo y dejarme llevar.

Nos recibieron con las típicas muestritas de chocolate y partimos desde el aeropuerto de Bariloche en un auto alquilado por Majo y manejado por Baltazar. Yo iba muy cómodo en el asiento delantero, sacando fotos, cebando mate y cabeceando a causa del sueño, de vez en cuando.


Primero dimos unas vueltas por la ciudad, hasta el famoso Centro Cívico, pero llegamos hasta ahí y ni siquiera nos bajamos del auto. Apenas si miramos un poco por la ventanilla. Estábamos tan ansiosos por llegar a destino que, si bien teníamos bastante tiempo para unir tranquilos los 400 kilómetros que separan a Bariloche de Trevelin, estábamos de acuerdo –sin ni siquiera saberlo- en que todo tenía que salir perfectamente y que queríamos ponerle la mejor onda para que eso ocurriera. Y esa fue mi percepción de las cosas durante todo el viaje, la de un trabajo en equipo absolutamente amistoso y solidario.

Queríamos llegar temprano porque habían organizado una conferencia de prensa para hablar un poco de quiénes somos y qué hacemos los cineastas que integramos el PCI, y porque luego venía la inauguración de la muestra itinerante en festejo de nuestros 10 años de existencia como agrupación. El ciclo empezó ahí con nuestras películas y ahora seguirá durante el año por distintos Espacios Incaa del país.

Dejamos Bariloche y tomamos por la ruta 258 hasta El Bolsón, de ahí por la ruta 40 hasta Esquel y luego por la 259 hasta Trevelin. Durante las tres o cuatro horas que duró el viaje se narraron un montón de anécdotas y Baltazar compartió con nosotros su profundo amor por estas tierras patagónicas, donde pasó momentos muy gratos de su vida. Recuerdo que me contó cuando trabajó en la producción de la película “Siete años en el Tíbet”, que Jean-Jacques Annaud filmó en otras montañas de  Argentina. El era asistente de producción y llevaba la película expuesta de un lugar a otro, recorriendo en camioneta casi continuamente todos esos increíbles paisajes tan bellos como los que estábamos recorriendo nosotros.

El viaje se hizo largo, pero disfrutamos mucho de la charla, mientras comíamos galletas caseras de vainilla y chocolate y tomábamos mate. A veces el paisaje a ambos lados de la ruta era sobrecogedor. Y nos quedábamos callados.

La cadena montañosa parecía extenderse hacia el infinito. El sol atravesaba los picos iluminando el valle de una manera peculiar. El camino rodeaba lagos gigantescos y cristalinos. Enormes laderas de piedra se elevaban a los costados de la ruta. La vegetación era escasa en algunas partes, pero sobre las montañas los árboles abundaban en exceso. Las nubes copiosas flotaban bastante bajo, haciendo sombra sobre el paisaje. No puedo olvidar la sensación de calma que viví entre tanta belleza.

Antes de entrar a la ciudad, frenamos al costado de la ruta para fotografiarnos en un cartel de bienvenida de madera, donde la bandera argentina flamea junto a la de Gales, un dragón rojo que abre sus fauces sobre dos bandas de color verde y blanco. Es una imagen que remite a una época muy remota del mundo, recuerda a un escudo de armas medieval.

Llegamos a la hostería Casa de Piedra, un lugar realmente recomendable, muy espacioso, de grandes ventanales y luz profusa, que fue construido con piedra y madera por la misma familia que lo regentea. Una mujer, su esposo y sus dos hijos adolescentes. Más una perrita negra llamada Morocha y una gata de pelo gris,  nacida de la mezcla de una gata doméstica y un gato más salvaje que bajó de la montaña para preñarla. Al buen trato de los anfitriones se suma un altísimo desayuno de frutas, tostadas, manteca, fiambre, queso y dulces, riquísimo café, camas muy cómodas, tele con cable, ducha calentita y buena presión de agua. Si algún día volviera a Trevelin, no lo dudaría, seguramente me hospedaría en ese mismo lugar.

Esa noche, cuando regresé al hotel en busca de un abrigo, conocí al dueño del lugar, un hombre fornido y pelado de casi dos metros. Al principio me encaró con cierta desconfianza y, casi sin mediar palabra, me preguntó si tenía algo que ver con el cine. Estaba preocupado porque unos meses antes había hospedado a un grupo que venía a hacer un documental y le habían rayado una pared y le habían quemado con un cigarrillo la alfombra de una habitación. Se ponía cada vez más nervioso y tenso mientras me describía con lujo de detalles cómo habían pasado las cosas. Incluso me llevó al lugar de los hechos para mostrarme las pruebas flagrantes del delito. Y yo que únicamente quería un abrigo porque tenía un poco de frío.  Respiré hondo, intenté calmarlo, le expliqué que estábamos ahí en representación del PCI y lo invité a que venga a ver nuestras películas.  

Si pudiéramos observarla desde muy alto, descubriríamos que Trevelin tiene la forma de un molino de viento. Sus cuadras están trazadas alrededor de una plaza redonda desde la cual surgen numerosas calles que dan forma a aspas gigantes. En una de las esquinas frente a la plaza se encuentra el Salón Central, la sala de cine donde se realizó la muestra y donde funciona el Espacio Incaa Km2011. Debemos haber pasado dos o tres veces frente a ella antes de encontrar la calle que nos llevaba a la hostería. Finalmente llegamos, dejamos los bolsos y salimos a pasear. Abajo nos esperaba José Jones, flamante director de cultura de la ciudad y ex encargado del cine del pueblo, un hombre muy sencillo y agradable, que tuvo la amabilidad de dedicar todo su fin de semana a agasajarnos y pasearnos de un lugar al otro, con excelente predisposición y muy buena onda. Nos llevó a lo de Maggie, una famosa casa de té fundada por una galesa que falleció a los 103 años dejando como herencia una lista de recetas para las tortas y pasteles más ricos del mundo. Tenemos fotos de esa merienda pantagruélica. Los cuatro golosos de mirada ansiosa alrededor de una mesa repleta de tazas, teteras, dulces, manteca, platos con pasteles, tostadas y una variedad de tortas entre las que sobresalen la de crema y la célebre torta negra galesa, pasas, nueces y no sé cuántos litros de coñac.

A la hora de la conferencia de prensa nos esperaban en el cine el intendente de la ciudad, algunos funcionarios municipales y un pequeño grupo de periodistas. Nos sentamos frente a la sala espaciosa, con la pantalla a nuestras espaldas, y al lado de uno de los banners que se hicieron para promocionar los 10 años del PCI. Como éramos pocos, los periodistas se acercaron a la mesa y parados desde ahí nos comenzaron a preguntar. La que llevaba la voz cantante era la cronista de un canal de televisión a la que seguramente Baltazar recordará durante un tiempo por la forma penetrante en que lo miraba y la sorpresa que le provocaron sus preguntas. Recuerdo que hasta transpiró un poco.

Hablamos de nuestras películas, sobre el cine argentino independiente, sobre la variedad de temáticas y propuestas estéticas, sobre la autogestión y sobre lo valioso que nos parece la existencia de tantos directores que llevan adelante sus proyectos a pesar de todo, con mínimos recursos y muchísimo esfuerzo.

La función de “El sueño del perro” fue modesta. No recuerdo exactamente cuántos eran, pero creo que no los espectadores no superaban los 20, e incluso varios de ellos se fueron durante la proyección. Me puso contento de todos modos que mi película se proyectara en esta sala tan lejana y sentí la calidez y el agradecimiento de las personas que se quedaron después de la función, durante la entrevista que tuvimos con Baltazar. Creo que estaban muy contentos por nuestra presencia y por el hecho de que hubiéramos estado ahí, mostrando nuestras películas y hablándoles acerca de nuestra forma de hacer las cosas.

Después de la charla partimos hacia un restaurante a festejar el evento. Habíamos cumplido satisfactoriamente la  primera parte de nuestra tarea y queríamos celebrarlo. Baltazar tenía ganas de probar el famoso cordero patagónico, pero la dueña del lugar a donde fuimos –una mujer bastante hosca y solitaria- nos advirtió que no era posible, que ella no vendía esa carne. No recuerdo qué pidió finalmente, pero yo elegí trucha y verduras, y la verdad que creo haber elegido muy bien.

Al día siguiente desayunamos y, con el día libre por delante, decidimos visitar juntos el Parque Nacional Los Alerces. José nos pasó a buscar con una camioneta y estuvimos casi todo el día con él y Majo paseando por bosques, montañas y lagos. Parecíamos tocados por una barita mágica, porque llegamos a la presa Futaleufu (río grande, en mapuche) y fuimos testigos de algo que pasa solamente una vez cada seis años, y pasó justo ese día.

Habían abierto el descargador de fondo del lago, algo así como si le hubieran sacado el tapón a una bañadera gigante llena de agua. La presión del lago es tan poderosa que el agua sale escupida hacia arriba con la fuerza de una catarata, pero al revés. Es una imagen muy potente, algo que hace temblar y pone la piel de gallina. Una fuerza imposible de dimensionar, un chorro de agua tan fuerte como una montaña. El agua sale por un agujero y recorre más de 200 metros hasta unas piedras donde golpea y se eleva un poco más difusa, cayendo sobre la gente como una lluvia fría y agradable.

Mientras tanto, cientos de metros más arriba, en la cima de una presa hecha únicamente con piedra y ripio, la gente también podía observar hacia el otro lado. Un lago inmenso se extendía frente a sus ojos, cristalino y calmo, toda una postal de la cordillera argentina, como si allá abajo no estuviera ocurriendo nada.

Un rato después Baltazar y yo estábamos metidos con el agua fría hasta las rodillas, pisando con los pies descalzos la superficie pedregosa del fondo del lago. Estuvimos ahí un largo rato, sin pensar ni hablar demasiado, disfrutando del ocio en ese maravilloso lugar. Unas horas más tarde, después de comer los restos de las tortas que habían sobrado del día anterior y unas cerezas riquísimas que compramos en una huerta de la zona, estábamos otra vez en el agua, pero esta vez –con el calor de la tarde- nos animamos a sacarnos la ropa y meternos de cuerpo entero, en calzoncillos. El agua del Futalaufquen (lago grande, en mapuche) es tan cristalina, que nos detuvimos un rato a observar a un caracol que avanzaba despacio en el fondo, dejando su delgado rastro en la arena.  Tomamos sol, compramos agua y pan casero y emprendimos viaje hacia el Lago Verde. Al llegar, atravesamos una pasarela de vigas de madera que pasa por sobre el agua, bajamos a la playa y nos tiramos a charlar y dormir una siesta.

El Futalaufquen, el Lago Verde y el Futaleufu son tres de los 12 lagos que confluyen en el gran embalse Amutui Quimei, que fue construido por los militares entre 1968 y 1978, con el costo de 300 muertes durante su construcción. Actualmente, la represa del embalse pertenece a Aluar, una empresa de aluminio de mayoría accionaria chilena. Es irónico que los pobladores de Trevelin y las zonas aledañas tengan que pagar la electricidad a precios elevados, cuando la presa desde donde sale toda esa energía está tan cerca de ellos y a tan pocos kilómetros de la ciudad.

De regreso a la ciudad nos esperaba la proyección de “Tata Dios” y “La sombra de las luces”. Llegamos a la sala con cierto temor a que viniera menos público que el día anterior. Era domingo y la gente se había quedado hasta muy tarde en la plaza del pueblo, sentados en reposeras, tomando mate, o simplemente recorriendo los puestos de artesanía que se ubican a su alrededor. Sobre la hora, empezaron a caer algunos espectadores, pero la función habrá comenzado con unas 10 personas. Igualmente, durante la proyección la gente fue en aumento y terminaron viendo las películas unas 20 personas en total.

Según mi opinión, la proyección fue muy buena. La gente realmente se enganchó mucho con los trabajos de Baltazar. Especialmente con el corto, para el cual les entregó la cámara a sus propios protagonistas, chicos y adolescentes de distintas zonas carenciadas que mostraron como nadie su intimidad y, al mismo tiempo, revelaron la pobreza y la violencia latente que los rodea.

Después de la proyección, mientras la gente preguntaba y opinaba sobre la película, sucedió algo increíble. Uno de los espectadores era amigo de Roberto Rey, uno de los protagonistas de “La sombra de las luces”. Se habían conocido en Buenos Aires cuando actuaban juntos en el Club del Clan y ahora, después de muchos años, volvía a verlo en la pantalla, en Trevelin. Roberto se hacía llamar El hombre de las mil caras y también trabajaba en La Revista Dislocada. Pero en la película de Baltazar –que filmó poco antes de morir- interpretaba a un homeless y compartía desventuras con muchas otras personas en situación de calle. Creo que fue muy emocionante encontrarnos a su amigo, en una sala ubicada a dos mil kilómetros de Buenos Aires.

Al día siguiente nos despedimos de Trevelin.

Antes de viajar en taxi hasta el aeropuerto de Esquel, hicimos los bolsos, desayunamos, dejamos Casa de Piedra, tuvimos una entrevista con la gente de FM del Valle (99.9 mhz), nos despedimos de José Jones y visitamos un rato el museo del pueblo, donde descubrimos verdaderas reliquias que recordaban la forma en la que los galeses llegaron al lugar y desarrollaron su vida y sus actividades, en pleno contacto con los indios tehuelches y los mapuches que vivían en la zona.

El principio del fin había llegado.

lunes, marzo 23

NOTA EN LA MAÑANA DE NEUQUÉN

Mirarnos a través de nuestro cine
Con el apoyo del INCAA la “Muestra PCI. 10 años de cine independiente” vivió dos jornadas de proyecciones en el Cine Teatro Español.
La exhibición contó con la participación del cineasta porteño Alejandro Hartman y los funcionarios del INCAA Pablo Mazzola y Celina Franco.
 
Neuquén > El cine propio de un país, siempre es un reflejo de su cultura y una invitación a cuestionar la forma en la que cada sociedad se ve a sí misma. Las películas que se elaboran por fuera del circuito más comercial del séptimo arte, si bien deben hacer frente a las dificultades que implica toda producción independiente, también tienen la posibilidad de aportar otras miradas –en ocasiones muy profundas y reflexivas- sobre la sociedad que los contiene. Hace más de una década que Proyecto Cine Independiente (PCI), una asociación de cineastas argentinos independientes radicados en Buenos Aires, comenzó a hacer frente a la tarea de abordar este tipo de relatos para sumar renovados aires, a lo que por entonces se denominó «el nuevo cine argentino». «Tanto a los integrantes actuales, como a los fundadores lo que nos une es que todos hemos hecho películas muy por fuera del sistema y básicamente nuestro objetivo era y sigue siendo defender esa clase de cine, ese cine de autor y aportar desde esa perspectiva al desarrollo de la cinematografía nacional, sin negar la existencia de otro cine de otras formas de hacer cine», declaró el director Alejandro Hartman, quien exhibió dos de sus películas el pasado miércoles en el Cine Español, en el marco del evento itinerante «Muestra PCI. 10 años de cine independiente», en el que los cineastas de la agrupación viajan junto a sus películas para propiciar ámbitos de vinculación e intercambio con el público y los realizadores del interior. «Queremos defender este tipo de producción de cine, que es el más vulnerable y a la vez, a mi modo de ver, muchas veces es el que puede explorar nuevos caminos y de hecho hizo muy famoso el cine argentino, en los últimos años en el exterior» agregó Hartman.
La muestra cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales y, desde comienzos del mes, algunos de los títulos de los realizadores del PCI han sido exhibidos en diferentes salas del interior del país. En la cita neuquina, Hartman estuvo acompañado por Pablo Mazzola, programador de los Espacios INCAA del país, y Celina de Franco, integrante del departamento de Acción Federal del INCAA.

Lugar para el cine nacional
Espacios INCAA es un programa  creado por el instituto en marzo de 2004 con el propósito de garantizar la exhibición de las producciones cinematográficas argentinas, incluidas las de estreno comercial, paso digital o menores y cortometrajes. El camino para concretar esta aspiración fue el de abrir salas que se dedicaran exclusivamente a proyectar cine argentino, en un momento en el que muchos espacios cerraban sus puertas y los complejos multipantalla empezaron a copar la oferta en las grandes ciudades, con programaciones donde predominan las propuestas cinematográficas internacionales. «Estamos comprometidos con que sigan existiendo salas de cine, en las que la experiencia sensible de ver una película propone otras cosas, como la preservación cultural», explicó Mazzola. Desde sus comienzos el programa se propuso reflotar la tradición de vivir la experiencia del cine como un hecho cultural y social, además de por su contenido artístico. 
 «Son más de 20 salas en todo el país y, si bien la base es mostrar cine argentino, se van buscando elegir los lugares con el compromiso de la comunidad, o sea que la comunidad esté activa para que esas salas sigan existiendo y se dinamicen, porque si la propia comunidad no está interesada, se terminan apagando», explicó, Mazzola. Por lo general, los Espacio INCAA no se ubican en ciudades importantes ya que en ellas suelen existir otras posibilidades de acceso al cine nacional, más allá de la realidad de que la distribución de los títulos argentinos en el interior es muy limitada. En Neuquén, el Espacio INCAA se encuentra en la ciudad de Zapala. 
«La idea es que los títulos, y muy buenos que hay de cine argentino, se puedan ver. Lo cierto es que los medios masivos que nos están informando que existen, pero desde el interior no se pueden ver», admitió el programador, «estamos trabajando con muestras, con la distribución comercial, con las distribuidoras o directamente con productores para, teniendo conocimiento de lo que hay, ir buscando el cine que mejor pueda brindar a cada comunidad la posibilidad de estar estimulada en los relatos, ya sea documentales o ficción», agregó. 

Federalizar la producción
Desde hace algunos años, la Gerencia de Acción Federal del INCAA ha llevado adelante diferentes políticas tendientes a que la producción cinematográfica pueda desarrollarse en las provincias y que no quede siempre limitada al epicentro porteño. «Parecería ser que la producción sólo es posible en Buenos Aires, si conocés el mecanismo del instituto y podés acceder a los subsidios, sino se hace muy difícil. Entonces, lo que estamos intentando hacer es, primero proyectar más películas argentinas, porque eso incentiva a la producción», señaló Franco, «lo esencial es que la producción de cine sea en cada provincia, porque al cine hay que verlo como industria, además de como cultura, además de como arte. Es una industria que da trabajo», enfatizó.
El instituto otorga a cada provincia un subsidio para fomentar la producción cinematográfica, distribuido a través de sus respectivas secretarías de cultura, que son las representantes de las provincias dentro de Consejo Federal del INCAA. «A la hora de producir cine de verdad, el subsidio ese no alcanza, pero hay una realidad, que cada provincia tiene que empezar a gestionar sus propios recursos para producir cine. Eso es lo más interesante y el trabajo más arduo a hacer», afirmó la representante de Acción Federal del instituto.

Reflejo de identidad
En muchas ocasiones los realizadores del interior del país, ven coartadas sus intenciones de llevar adelante sus producciones por falta de recursos, pero también por desconocimiento de algunas de las posibilidades de financiamiento que ofrece el INCAA. «Es muy importante si querés hacer cine el saber que el INCAA está ahí como organismo público y uno de alguna manera tiene que apropiarse de él, ayudar a construirlo», remarcó Hartman. A lo largo del año el instituto abre diferentes concursos -como el de documentales, de cortos u ópera prima- que brindan a los directores nacionales la posibilidad de acceder a subsidios que hagan posible el rodaje de sus proyectos.  
 «Al principio es difícil, es burocrático pero hay que meterse y cambiarlo. Es muy importante que la gente del interior comience a acercarse y acercar sus proyectos, porque esa es la única manera de generar que las secretarías de cultura se pongan las pilas. Lamentablemente, en la medida en que no lleguen proyectos del interior, el INCAA no se federaliza», concluyó el cineasta de PCI. Para obtener mayores datos acerca de los concursos que ofrece el INCAA, los interesados pueden ingresar al sitio: www.incaa.gov.ar.
Por su parte, Mazzola insistió en la necesidad de pensar el por qué los directores de cada localidad buscan reflejar una mirada particular del lugar que habitan. «Entender por qué gente de Neuquén quiere filmar en Neuquén y qué nos están mostrando. Entender por qué alguien de la propia comunidad está mirando como está mirando, esas cosas son enriquecedoras para nosotros socialmente. Hay qué plantearse justamente por qué el cine argentino nos está pidiendo que nos pensemos», señaló el programador. 

jueves, marzo 19

NOTA EN LA VOZ DEL INTERIOR



Domingo 15 de marzo de 2009

Nuestro cine que no vemos
El Cineclub Municipal proyectará desde el miércoles al domingo una serie de 10 películas nacionales en la Muestra Proyecto Independiente.

Roger Koza Especial

La cartelera es un síntoma: todas las semanas, más de 4 ó 5 películas se estrenan en Córdoba. La mayoría proviene de un mismo origen: Hollywood domina el imaginario del espectador, casi que decir cine es sinónimo de cine estadounidense. ¿Es descabellado postular un colonialismo de la percepción? Lo cierto es que cuanto más se parece una película argentina a una de Hollywood más público lleva a las salas.

Por eso es importante pensar y discutir ese fenómeno reciente llamado Nuevo Cine Argentino, fenómeno que también suele ser identificado como Cine Independiente. Y es por eso que la Muestra del Proyecto de Cine Independiente, que selecciona 10 películas y que tendrá lugar desde el próximo miércoles 18 al domingo 22 en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, constituye una oportunidad para acopiar títulos menos conocidos y canónicos de este difuso pero verificable devenir de cierto cine que se viene haciendo en el país.

Buenos Aires viceversa (1996), de Agresti y Rapado (1992), de Rejtman, fueron indicios de una deriva estética, algo que se confirmaría primero con las fundacionales Pizza, birra y faso (1997), de Caetano-Stagnaro, y Silvia Prieto (1997), de Rejtman, y que se consolidaría con tres títulos centrales: Mundo grúa (1999), de Pablo Trapero, La ciénaga (2001), de Lucrecia Martel y La libertad (2000), de Lisandro Alonso.

En esa década secretamente perversa despuntaba una generación de cineastas, hijos de la democracia reconquistada, que sin saberlo muy bien estaban plasmando en sus ficciones y documentos las nuevas coordenadas simbólicas de un país transformado y lastimado. El Rulo de Mundo grúa era el obrero desplazado, obligado a la inmigración perpetua: se vive en donde hay trabajo; la clase media alta de La ciénaga denotaba su decadencia y pauperización impredecibles; el hachero de La libertad giraba en torno a la cotidianidad casi animal de un sujeto desclasado prácticamente al margen del orden social.

Más allá del realismo. En un principio se habló de un nuevo realismo, un modo de representar lo real, pero más tarde se constató que la estética de este nuevo cine era más compleja y menos homogénea. Bastan Tan de repente (2002), El hombre robado (2007) e Historias extraordinarias (2008) para percibir una evolución que excede al neorrealismo.

Es que la novedad de esta generación de cineastas consistió en desmarcarse de una pesada herencia cinematográfica en donde la alegoría, el costumbrismo y la pedagogía política atravesaban los relatos. Así fue conquistando su independencia a través de un modo peculiar de tratar con lo real, más allá de las nociones clásicas de ficción y documental. Los independientes no evangelizan con sus películas; muestran mundos, estilos de vida, personajes que materializan el presente y paisajes urbanos o periféricos que son extensiones de la vida anímica de sus protagonistas.

¿Qué es, entonces, el cine independiente argentino? Una propuesta perceptiva y narrativa de mirar el mundo que, año tras año, gana en respeto y es premiada en los festivales de cine más prestigiosos del mundo. Ocasionalmente, un filme de Alonso, Poliak, Perrone, Llinás, Chen y tantos otros se estrena en nuestras salas. No estaría mal un año sin superhéroes y efectos especiales.

Los independientes necesitan espectadores.

La mirada externa

Quien tenga la suerte de ir al festival de Cannes podrá constatar que en el trailer de la Quincena de los realizadores se puede ver, entre los descubrimientos de la sección, junto a Jarmusch, Herzog, los Dardenne, Wenders, el nombre de Lisandro Alonso. En la competencia oficial de Cannes, Martel ya estuvo con dos películas mientras que Trapero y Caetano presentaron una película cada uno. Hace dos años, Rotter ganó con El otro en Berlín. La mujer sin cabeza fue elegida mejor película no estrenada en el 2008 por la revista Film Comment, en donde votan críticos de todo el mundo. La Viennale siempre exhibe una docena de películas argentinas independientes. Mariano Llinás acaba de ganar el premio de mejor director en Cinequest, el renombrado festival de San Diego, EE.UU. Pero en Argentina ninguna película de cine independiente conoció un decente desempeño de taquilla, excepto Leonera, y en su momento La ciénaga.

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La inquietud

martes, marzo 3

EL PCI EN CÓRDOBA


18 al 22 de marzo – Muestra PCI

10 AÑOS DE CINE INDEPENDIENTE

“Las primeras reuniones del PCI –PROYECTO CINE INDEPENDIENTE- tuvieron lugar hace ya diez años. Hay que decir, sin embargo, que el PCI no se llamaba todavía PCI, y que en realidad no se llamaba de ninguna manera, a tono con esa informalidad propia de nuestro grupo que afortunadamente no hemos perdido del todo.

Era una época especial. Muchos de nosotros éramos muy jóvenes, sentíamos que todo estaba por hacerse, había ganas de juntarse, de cambiar las reglas del juego, y teníamos la fuerte intuición de que nuevos aires se abrían para el cine argentino.

Eran los tiempos de las primeras ediciones del Bafici, de buscar nuevas formas de expresión y de producción, de la explosión de las escuelas de cine, de las películas hechas por fuera del INCAA pero que lograban importante reconocimiento nacional e internacional. El Nuevo Cine Argentino era tan nuevo que todavía nadie lo llamaba así.

Hoy, pasados diez años, a veces sentimos que nuestro optimismo era algo desmedido, y que muchas dificultades contra las que nos enfrentamos en aquel momento, siguen hoy vigentes. Sin embargo, estamos seguros de que nuestras acciones a lo largo de todo este tiempo no han sido en vano. A pesar de las dificultades y las numerosas cuestiones pendientes, estamos convencidos de que el cine argentino es hoy más vital, más plural y más vigoroso que lo que era una década atrás. Y podemos decir, sin pudor, que el PCI contribuyó en algo para que eso así sea.

Esta muestra es una excusa para el festejo, los recuerdos y los balances. Pero también quiere ser una oportunidad para abrirnos al público, mostrar la evolución de nuestros trabajos, presentar las obras de nuevos directores que se suman a nuestra cinematografía para enriquecerla, con su diversidad, con su vitalidad y su espíritu de renovación.

Del futuro desconocemos todo, salvo que será imprevisible, por eso hoy abrimos este espacio con el deseo de que sea un punto de partida para reflexionar sobre estos diez años de películas, sobre la evolución y el futuro de todo el cine independiente argentino”.

TODA LA PROGRAMACIÓN DEL CICLO

EN EL CINECLUB MUNICIPAL HUGO DEL CARRIL DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA.

Bv. San Juan 49

Tel. (0351) 4332463 / 4341609

www.cineclubmunicipal.org.ar 


Miércoles 18/3, 20:30 hs.

Domingo 22/3, 15:30 hs.

POR LA RAZÓN O POR LA FUERZA

(Argentina, 2008, DVD, 62’, ATP)

Documental dirigido por Verónica Chen.

Chen: “El documental se guía por las ideas de "paraíso" y "fin", que se entremezclan a partir de la cotidianeidad de los que viven en el canal Beagle, entre Chile y Argentina, entre Ushuaia y Puerto Williams. Después del principio de guerra por unas islas que la gente confunde con las Malvinas. Donde Darwin hizo eureka y se iluminó con la teoría de la evolución de las especies tras ver a los Yaganes (a quienes luego la civilización eliminó). ¿Cómo lidia el centollero, en su rutina de pescador, con una frontera política en conflicto? (Fuimos nosotros, pequeño equipo de filmación de 4 personas a averiguarlo). El paraíso extremo y su frontera absoluta: la fantasía de empezar de cero, sin pasado y donde nadie nos conoce. Y el fin del mundo. El último confín de la tierra. (El lugar es un tugurio donde se esconden represores, asesinos y miserables, y muchos ahí simpatizan con ellos... fue eso con lo que nos volvimos)”.

 

Sábado 21/3, 23:00 hs.

Domingo 22/3, 18:00 hs.

MACEDONIO FERNÁNDEZ + EL PAÍS DEL DIABLO

 

MACEDONIO FERNÁNDEZ

(Argentina, 1995, DVD, 45’, ATP)

Documental dirigido por Andrés Di Tella

El escritor Ricardo Piglia nos guía por el Buenos Aires de Macedonio Fernández. Una investigación sobre la topografía urbana y el recuerdo. Incluye testimonios de Adolfo de Obieta, Roberto Jacoby, Ricardo Zelarrayán, Gerardo Gandini, Carlos Boccardo, Germán García.

 

EL PAÍS DEL DIABLO

(Argentina, 2008, DVD, 75’, ATP)

Documental dirigido por Andrés Di Tella

Una mañana de noviembre de 1879, apenas meses después de concluida la Conquista del Desierto, el escritor Estanislao Zeballos recorría la Pampa con el objeto de describir el territorio conquistado, hacer el primer mapa científico de la región y, de paso, profanar tumbas indígenas. Pero esa mañana descubrió lo insospechado: cajas de madera que guardaban el archivo del cacique Namuncurá. Zeballos había sido uno de los ideólogos de la Conquista. Su largo viaje por la Pampa, sin embargo, lo transformó. Fue el primer “huinca” (blanco) en interesarse por la cultura y la historia de los indios. Los mismos indios cuyo exterminio el escritor había propiciado antes de viajar. Tras los pasos de Zeballos, Andrés Di Tella va en busca de los rastros que quedaron de aquel exterminio, hoy olvidado.

 

Jueves 19/3, 15:30 hs.

Viernes 20/3, 20:30 hs.

OJOS DE FUEGO + BOTNIA

 

OJOS DE FUEGO

(Argentina, 1995, DVD, 14’, ATP)

Dirección: Jorge Gaggero. Con Erasmo Olivera y Jorge Huertas.

Gaggero: “Trabajé dos años en el programa Edición Plus haciendo asistencia de cámara. Entre muchos programas que hicimos, uno fue sobre violencia juvenil y había muchas notas con pibes que estaban en internados. Lo del fuego lo tomé de un brillo especial que tenía uno de los chicos en los ojos cuando te contaba ciertas historias”.

 

BOTNIA

(Argentina, 2007, DVD, 58’, ATP)

Documental dirigido por Jorge Gaggero y Roberto Barandalla.

Antes de la instalación de la fábrica de celulosa Botnia en Uruguay, miles de autos cruzaban diariamente la frontera entre los dos países hermanos, Argentina y Uruguay. Hoy, esporádicamente, algunos técnicos extranjeros van a comprar whisky al free shop. De los dos lados del río Uruguay, entre Gualeguaychú y Fray Bentos, el documental BOTNIA, recoge historias y personajes: obreros croatas de la pastera en construcción, una joven uruguaya que se enamora de un finlandés y parte a vivir a Finlandia con él, un criador de pollos autor de el "¡Fuera Botnia!", el tema musical del corte, son algunos de los fragmentos de vida de una frontera sensibilizada.

 

Miércoles 18/3, 18:00 hs.

Domingo 22/3, 23:00 hs.

UNA NOVIA ERRANTE

(Argentina, 2006, DVD, 90’, ATP)

Dirección: Ana Katz. Con Ana Katz, Carlos Portaluppi y Daniel Hendler.

“Una novia errante funciona como una perfecta metáfora de ese cine entre algodones, que se mira a sí mismo con cariño y complacencia, que se hace y se consume desde una clase social y se enorgullece de su tono menor, su acento paquete, su solipsismo y hasta de su falta de solidaridad y de relación con el mundo. Ana Katz, paradójicamente, se recibió de directora poniendo el cuerpo para encarnar ese estado de cosas sin disimularlo” (Fragmento de un texto de Quintín).

 

Miércoles 18/3, 23:00 hs.

Jueves 19/3, 18:00 hs.

LA GUERRA DE LOS GIMNASIOS + SERVICIOS PRESTADOS

 

LA GUERRA DE LOS GIMNASIOS

(Argentina, 2005, DVD, 30’, ATP)

Dirección: Diego Lerman.

Un joven “extra” de televisión, Ferdie Calvino, decide anotarse en el gimnasio de su barrio, con un objetivo preciso, tener un cuerpo que provoque "miedo a los hombres y deseo a las mujeres". Pero una insólita e inexplicable guerra ha estallado entre los gimnasios de Hokamma y Chin Fu.

 

SERVICIOS PRESTADOS

(Argentina, 2008, DVD, 52’, ATP)

Documental dirigido por Diego Lerman.

Lerman: “Las fronteras en general son un lugar de tránsito ó un lugar a resguardar. Más que como límite, tomé a la frontera como territorio. Me interesó abordarlo a través de Carmen Félix, una agente sanitaria que vive en una comunidad indígena guaraní atendiendo a madres y recién nacidos. El documental narra de manera ascética el seguimiento del trabajo diario de Carmen y de su vida en general. A partir de ella, se vislumbra cómo vive la gente en Aguaray, localidad de una de las provincias de más altos índices de desnutrición del país. Se trata de una región de contrastes y desigualdades. Hay muchos recursos naturales, explotados por distintas empresas, y a la vez una escandalosa pobreza. Carmen cobra 150 pesos mensuales y cumple una función social fundamental; observé en ella una vocación conmovedora”.

 

Jueves 19/3, 23:00 hs.

Viernes 20/3, 18:00 hs.

EL CAZADOR ES UN CORAZÓN SOLITARIO + LOS PRÓXIMOS PASADOS

 

EL CAZADOR ES UN CORAZÓN SOLITARIO

(Argentina, 2006, DVD, 9’, ATP)

Dirección: Lorena Muñoz.

Un fotógrafo ha perdido a su mujer en un accidente mientras le tomaba fotografías. Se siente culpable y deprimido. Pero un día, por casualidad, conoce a otra mujer, similar a la anterior, a la que intenta reemplazar.

 

LOS PRÓXIMOS PASADOS

(Argentina, 2006, DVD, 85’, ATP)

Documental dirigido por Lorena Muñoz.

“Vida y muerte de un mural de Siqueiros subtitula Lorena Muñoz este film fascinante que podría resumirse como la reconstrucción, mediante documentos y testimonios, de la historia del legendario mural que el artista mexicano pintó en un sótano de la quinta de Natalio Botana en Don Torcuato y que hoy agoniza abandonado en un depósito” (Fragmento de un texto de Fernando López).

 

Miércoles 18/3, 15:30 hs.

Jueves 19/3, 20:30 hs.

Sábado 21/3, Trasnoche 01:00 hs.

XXY

(Argentina, 2007, DVD, 87’, ATP)

Dirección: Lucía Puenzo. Con Inés Efron, Ricardo Darín, Valeria Bertuccelli, Martín Piroyansky.

“XXY es aquello a lo que aspira: una de las películas más inquietantes que el cine argentino haya dado en bastante tiempo. Hasta el punto de dejar al espectador tan lleno de preguntas, tan confundido y deseante, tan perturbado como la propia Alex, como el propio Alvaro. Preguntas que parecerían resonar no sólo en la cabeza sino en todo el cuerpo, como un temblor” (Fragmento de texto de Horacio Bernades).

 

Viernes 20/3, 15:30 hs.

Sábado 21/3, 20:30 hs.

ESPECTROS + EL OTRO

 

ESPECTROS

(Argentina, 1995, DVD, 12’, ATP)

Dirección: Ariel Rotter

Un joven bailarín se enfrenta a sus fantasmas en los instantes previos a su debut.

 

EL OTRO

(Argentina, 2007, DVD, 83’, ATP)

Dirección: Ariel Rotter. Con Julio Chávez.

“Con una descomunal labor de Chávez (uno de los pocos actores argentinos, junto con Ricardo Darín, capaces de sostener un largo plano sólo con la intensidad y los diferentes matices de una mirada), con una rigurosa y austera puesta en escena basada en planos fijos, con una impecable fotografía llena de sutilezas a cargo de Marcelo Lavintman y con un exquisito trabajo sobre las múltiples posibilidades expresivas del sonido de Martín Litmanovich (Rotter prescinde por completo de la música incidental), EL OTRO apuesta, con sus silencios que parecen suspender el tiempo y con su mirada sobre el cuerpo, a lo puramente sensorial, mientras alcanza a transmitir con enorme riqueza una gran variedad de estímulos físicos y emocionales” (Fragmento de texto de Diego Batlle).

 

Viernes 20/3, 23:00 hs.

Sábado 21/3, 18:00 hs.

ESTUDIO + UNA DE DOS

 

ESTUDIO

(Argentina, 2000, DVD, 14’, ATP)

Dirección: Alejo Taube.

 

UNA DE DOS

(Argentina, 2001, DVD, 80’, ATP)

Dirección: Alejo Taube. Con Jorge Sesán, Jimena Anganuzzi, Renata Aielo.

“A los 32 años, el debut de Alejo Taube no deja de resultar sorprendente. En contra de la tendencia dominante en el nuevo cine argentino, UNA DE DOS rehúye todo minimalismo para abrazar en cambio una apuesta de máxima: contar la vida de un pueblito pampeano en toda su amplitud. Amplitud de personajes, de cuadro social, pero amplitud también en la mirada, en el registro, en el volumen y los matices de cada personaje. Es como si el cine joven argentino, habituado a refugiarse en lo que se conoce bien, en lo más próximo e inmediato, se hubiera abierto de golpe a otros ámbitos y hubiera hallado que el modo de narrarlos era mediante otra voz. Una voz más cercana a la novela que al cuento breve” (Fragmento de un texto de Horacio Bernades).

 

Sábado 21/3, 15:30 hs.

Domingo 22/3, 20:30 hs.

LAS ORILLAS

(Argentina, 2007, DVD, 65’, ATP)

Documental dirigido por Sergio Wolf.

La frontera entre Argentina y Brasil delimitada por 300 kms. del río Uruguay. Y remontada en un barco que va en busca de la biografía del río, a través de sus transformaciones y las de las historias de lugares y personajes para quienes ese límite natural limita pero también une, multiplicando no ya las diferencias sino el intercambio y la influencia, la economía y el idioma, la contradicción y el futuro.