miércoles, octubre 30
MARÍA VICTORIA MENIS ESTRENA "MARÍA Y EL ARAÑA", SU QUINTO LARGOMETRAJE
El amor entre una chica de 13 años de la villa Rodrigo Bueno y un joven malabarista, quien disfrazado como el Hombre Araña se gana la vida en el subte, hacen visible lo siniestro del delito de abuso sexual en “María y el araña”, quinto filme de María Victoria Menis que puede verse en los cines desde mañana.
La adolescencia y la marginalidad, el amor y lo bestial, el lazo social y el aislamiento, la creatividad y la explotación, son pares de opuestos que recorren la trama de “María y el araña”, una producción de la realizadora de “El cielito” (2004) y “La cámara oscura” (2008).
El relato deja al descubierto con una precisa cadencia narrativa el sufrimiento oculto de una adolescente, quien comparte el techo junto a su abuela y su perverso compañero, una dupla de adultos sostenedores de una dinámica sórdida, donde el cuerpo de la chica deviene moneda de cambio de las complicidades.
El juego de contrastes entre el universo adolescente abandonado a su dolorosa suerte, mientras los adultos prefieren mirar al costado, o ya resignaron su capacidad de observación y escucha, signan la estructura del filme, desde lo narrativo y lo estético.
La directora, sin golpes bajos ni regodeos para mostrar la marginalidad, apuesta a revelar el lento proceso de la construcción del silencio y la vergüenza desde la mirada de los jóvenes protagonistas, quienes se ven obligados a precipitar su crecimiento para responder a los embates de una sociedad que los acorrala de indiferencia.
La historia, percibida a través de los ojos y las cambiantes emociones de una dupla de adolescentes tomados por el amor, el miedo y las dudas se despliega en un contexto que también se decide por reflejar situaciones de contraste.
Durante los 90 minutos que dura la película, el público puede acompañar a los jóvenes protagonistas en su deambular urbano por distintas geografías porteñas que incluyen la Costanera Sur, la villa Rodrigo Bueno y el barrio de Puerto Madero, entre otras locaciones.
El velado sometimiento sexual que transcurre en la casa de María, las fatigantes horas de trabajo infantil en el subte y la despedida forzada y definitiva de la escuela, un ámbito donde la protagonista se destacaba y se sentía valorada, conforman puntos claves del relato.
228 chicos y chicas sufren de explotación sexual en América Latina y el Caribe durante cada hora que pasa, dos terceras partes de las víctimas de abuso sexual son de sexo femenino y en la mitad de los casos los atacantes conviven con las víctimas.
De esta realidad habla -con belleza y cuidado- la cinta, con un elenco que se completa con las buenas actuaciones de la actriz uruguaya Mirella Pascual (“Whisky”) y el actor y realizador Luciano Suardi -dirige hoy otra versión de la pieza “El gran deschave”-, quien dota de una precisión feroz a su composición de un ser oscuro y brutal.
En esta dinámica de pocas palabras pero generosa en miradas, breves gestos y muecas, transcurre el conmovedor trabajo de la debutante Florencia Salas, en sincronía con la expresividad contenida y desgarradora de Diego Vegezzi (“La mirada invisible”), armando una pareja de jóvenes que combinan vulnerabilidad y fuerza.
La energía del amor encuentra en la poderosa música original diseñada por Matías Cella y Ariel Polenta y sus pegadizos acordes para bailar, un elemento más que ingresa en la trama, junto a la presencia de las murgas, para conformar una suerte de refugio de resistencia poética que revela la capacidad de disfrute, aún en medio del dolor.
El guión pertenece a Menis y Alejandro Fernández Murray (“El Cielito” y “La Cámara Oscura”), y obtuvo el Premio Fonds Sud, otorgado en Francia como ayuda a la producción.
“María y el araña” es una coproducción entre Argentina (Domenica Films, Todo Cine), Francia (Echo Films) y Ecuador (LaMaquinita)
La adolescencia y la marginalidad, el amor y lo bestial, el lazo social y el aislamiento, la creatividad y la explotación, son pares de opuestos que recorren la trama de “María y el araña”, una producción de la realizadora de “El cielito” (2004) y “La cámara oscura” (2008).
El relato deja al descubierto con una precisa cadencia narrativa el sufrimiento oculto de una adolescente, quien comparte el techo junto a su abuela y su perverso compañero, una dupla de adultos sostenedores de una dinámica sórdida, donde el cuerpo de la chica deviene moneda de cambio de las complicidades.
El juego de contrastes entre el universo adolescente abandonado a su dolorosa suerte, mientras los adultos prefieren mirar al costado, o ya resignaron su capacidad de observación y escucha, signan la estructura del filme, desde lo narrativo y lo estético.
La directora, sin golpes bajos ni regodeos para mostrar la marginalidad, apuesta a revelar el lento proceso de la construcción del silencio y la vergüenza desde la mirada de los jóvenes protagonistas, quienes se ven obligados a precipitar su crecimiento para responder a los embates de una sociedad que los acorrala de indiferencia.
La historia, percibida a través de los ojos y las cambiantes emociones de una dupla de adolescentes tomados por el amor, el miedo y las dudas se despliega en un contexto que también se decide por reflejar situaciones de contraste.
Durante los 90 minutos que dura la película, el público puede acompañar a los jóvenes protagonistas en su deambular urbano por distintas geografías porteñas que incluyen la Costanera Sur, la villa Rodrigo Bueno y el barrio de Puerto Madero, entre otras locaciones.
El velado sometimiento sexual que transcurre en la casa de María, las fatigantes horas de trabajo infantil en el subte y la despedida forzada y definitiva de la escuela, un ámbito donde la protagonista se destacaba y se sentía valorada, conforman puntos claves del relato.
228 chicos y chicas sufren de explotación sexual en América Latina y el Caribe durante cada hora que pasa, dos terceras partes de las víctimas de abuso sexual son de sexo femenino y en la mitad de los casos los atacantes conviven con las víctimas.
De esta realidad habla -con belleza y cuidado- la cinta, con un elenco que se completa con las buenas actuaciones de la actriz uruguaya Mirella Pascual (“Whisky”) y el actor y realizador Luciano Suardi -dirige hoy otra versión de la pieza “El gran deschave”-, quien dota de una precisión feroz a su composición de un ser oscuro y brutal.
En esta dinámica de pocas palabras pero generosa en miradas, breves gestos y muecas, transcurre el conmovedor trabajo de la debutante Florencia Salas, en sincronía con la expresividad contenida y desgarradora de Diego Vegezzi (“La mirada invisible”), armando una pareja de jóvenes que combinan vulnerabilidad y fuerza.
La energía del amor encuentra en la poderosa música original diseñada por Matías Cella y Ariel Polenta y sus pegadizos acordes para bailar, un elemento más que ingresa en la trama, junto a la presencia de las murgas, para conformar una suerte de refugio de resistencia poética que revela la capacidad de disfrute, aún en medio del dolor.
El guión pertenece a Menis y Alejandro Fernández Murray (“El Cielito” y “La Cámara Oscura”), y obtuvo el Premio Fonds Sud, otorgado en Francia como ayuda a la producción.
“María y el araña” es una coproducción entre Argentina (Domenica Films, Todo Cine), Francia (Echo Films) y Ecuador (LaMaquinita)
viernes, octubre 25
“CORNELIA FRENTE AL ESPEJO”: UN AÑO EN CARTEL Y PREMIO EN TUCUMAN
La película “Cornelia frente al espejo”, de Daniel Rosenfeld, que acaba de ganar una Mención Especial del Jurado en el Festival de Cine de Tucumán, se sigue exhibiendo en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), después de cumplir nada menos que un año en cartel.
Si bien mañana no habrá proyección en el Malba (avenida Figueroa Alcorta 3415), debido a un evento que ocupará todo el museo, la película protagonizada por Eugenia Capizzano, Leonardo Sbaraglia y Rafael Spregelburd continuará proyectándose en noviembre, los sábados 2, 16, 23, 30, siempre en el horario de las 20.
La película, una joya que recrea diálogos íntegros de Silvina Ocampo, acaba de ganar una Mención Especial del Jurado en la categoría Ficción en el Festival de Cine de Tucumán, por decisión de los jurados Ezequiel Boetti, Cynthia Sabat, Ariel Piluso, Luis Sampieri y Roger Koza.
En sus consideraciones, el jurado afirmó que “se trata de un filme que se destaca por eludir el imperativo naturalista en la ficción, y asumir riesgos de puesta en escena poco frecuentes en el cine contemporáneo argentino”.
“Es imposible omitir, por otra parte, la extraordinaria labor de su actriz principal Eugenia Capizzano”, añadieron los jurados sobre el trabajo de la protagonista, una joven que llega a su vieja casa paterna para suicidarse.
Sin embargo, a pesar de su objetivo, es continuamente interrumpida, disuadida, por imprevistas apariciones: una misteriosa niña, un ladrón y un posible amante.
Como en una versión trágica de “Alicia en el país de las maravillas”, Cornelia avanza por un mundo extrañado, donde habitan la inocencia y la crueldad, el amor y lo siniestro.
martes, octubre 15
“WAKOLDA”, DE LUCÍA PUENZO, ELEGIDA PARA REPRESENTAR A LA ARGENTINA EN LOS PREMIOS OSCAR Y GOYA.
"Wakolda", el tercer film de Lucía Puenzo, fue
elegido como la representante local a los Oscar 2014, por los integrantes de la
Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de la Argentina, que
también la seleccionaron para la competencia por los Premios Goya de la
Academia del Cine de España.
"Esta elección representa un gran espaldarazo a la
película. Fue un rodaje duro entre el frío, la ruta, el trabajo con bebés y
nenes, que nos demandó tres años de trabajo. Agradezco especialmente al
equipo", dijo emocionada Puenzo, al recibir la noticia.
La joven realizadora se mostró cautelosa en cuanto a las
expectativas relacionadas con la posibilidad de ganar el Oscar y afirmó que,
"hoy festejo este reconocimiento e iré disfrutando paso a paso todo lo que
vaya sucediendo”.
Protagonizada por Natalia Oreiro y Diego Peretti, “Wakolda”
fue elegida para representar a la Argentina en los premios Oscar al lograr el
50,43% de los sufragios, emitidos mediante un sistema electrónico de votación
que aumentó la participación de los jurados.
El film de la hija de Luis Puenzo (que ganó un Oscar en 1986
con "La historia oficial"), tuvo su premiere mundial en el último
Festival de Cannes, está actualmente en cartel en el país, acaba de ser
elogiada en San Sebastián y también se exhibió en Biarritz.
"Wakolda" superó la mitad de las preferencias de
los 118 votantes de la entidad para superar a "Metegol", de Juan José
Campanella, y "Tesis sobre un homicidio", de Hernán Godfrid, que
respectivamente lograron el 35,75 y 34,78 por ciento de las preferencias.
En la votación para los Premios Goya, el filme de Puenzo fue
seleccionado por el 50,65 por ciento de
los votantes y superó a "Tesis sobre un homicidio" que, protagoniza
Ricardo Darín, que obtuvo el 29,87 por ciento de los jurados.
En la lista de las películas elegidas quedaron
"Metegol", de Juan José Campanella; "Corazón de León", de
Marcos Carnevale y "La Reconstrucción", de Juan Taratuto.
La votación se realizó sobre las películas que fueron
estrenadas entre el 1 de noviembre de 2012 hasta el 31 de octubre de 2013.
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